Decorar para alquilar: lo que debes saber
Poner en alquiler una vivienda no es tan sencillo como anunciarlo o dejarlo en manos de una inmobiliaria. Al plantear convertirnos en arrendatarios y lograr el precio y el inquilino con un tipo de perfil acorde a nuestros gustos, puede conllevar un poco de esfuerzo por nuestra parte.
Acondicionar, actualizar o hacer atractiva la vivienda es un punto de partida de gran relevancia. Son muchos los casos de herencias o pisos inhabitados que de pronto salen al mercado del alquiler en circunstancias bastante alejadas de estar en óptimas condiciones o simplemente con una decoración poco atractiva que puede devaluar el importe del alquiler. En un mercado de alta demanda de alquiler, puede no parecer necesaria una pequeña inversión para mejorar el estado de la vivienda, si bien, no debemos olvidarnos de pensar en el medio y largo plazo:
- Posibles desperfectos, roturas, inversiones parciales y constantes
- Reclamaciones e insatisfacción del cliente que puede buscar un nuevo alojamiento
- Devaluación del precio de alquiler
- Falta de ocupación en periodos de menor actividad económica
- Falta de posibilidades de alquiler, que pueden suponer no poder elegir el perfil del inquilino
La puesta a punto de una vivienda para alquilar debe tener en consideración algunos aspectos relativos a la decoración:
- Colores claros y neutrales. Trata de unificar el espacio: mismos tonos en suelos, paredes y techos para dar luminosidad y sensación de amplitud. Elige pinturas resistentes, de calidad y a ser posible, lavables o antimanchas.
- No sobrecargar los espacios: menos es más. Espacios más diáfanos, funcionales y prácticos pero sin grandes elementos o demasiado mobiliario.
- En casas antiguas puede ser interesante deshacerse de muebles viejos, especialmente aquellos más desactualizados, apolillados o estropeados por el uso. Es interesante contemplar la posibilidad de reciclar y/o restaurar alguna pieza para dar un toque único a la vivienda. En general es recomendable seleccionar muebles versátiles, que puedan vivir en el tiempo sin pasar de moda o demasiado frágiles.
- La importancia de la luminosidad. La luz natural puede tener mucho peso a la hora de elegir una vivienda, retirar estores o cortinones pesados es indudablemente un primer paso. La elección de la lámparas puede ser muy personal, por ello, es recomendable decantarse por diseños meramente funcionales y sencillos, tales como focos o luminarias LED… es importante que haya luz, tanto directa como indirecta para crear espacios más cálidos.
- Especial atención a los baños y la cocina, actualizados , limpios y totalmente equipados.
- La elección del sofá merece un capítulo aparte, dado que es una de las piezas más importantes y con mayor personalidad de una vivienda: cómodo y de líneas sobrias.
- Destaca las grandes bondades de la vivienda, especialmente esos puntos fuertes que pueden diferenciar tu vivienda de las demás: la terraza, el mirador, un vestidor amplio; pon esmero a la hora de acondicionarlo y presentarlo.
- Aunque la decoración no debe tener elementos personales, sino que debe ser de líneas sencillas, podemos incluir algunos detalles tales como: alguna lámina en las paredes, plantas o flores que den una sensación de vida y color, textiles tales como cojines, sábanas…que den una sensación de hogar y además minimicen la necesidad de comprar este tipo de cosas al nuevo inquilino.