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Suelo radiante: ventajas y desventajas

suelo radiante ventajas y desventajas

¿Qué es el suelo radiante?

Es una forma de calefacción y regulación térmica eficiente, invisible e, incluso, ecológica instalada debajo del suelo.

Aunque pueda parecer una novedad, los romanos del Siglo I a.C. ya utilizaban este tipo  de emisión de  calor en algunos edificios públicos y existen evidencias científicas de sistemas similares  utilizados ya en Pakistán y el Cáucaso en el siglo IV A.C.

¿Cuáles son las ventajas del suelo radiante?

  1. Es invisible. Nos son necesarias estufas o calefactores, ocultar tuberías etc, dado que se instala debajo del suelo y de esta forma se optimizan los metros cuadrados del inmueble.
  2. Reparto homogéneo del calor ya que no le afectan las corrientes de aire o la focalización de una fuente de calor en un punto concreto de una habitación.
  3. Confort térmico. En un sistema tradicional de calefacción el calor baja del techo al suelo, el suelo radiante consigue el efecto contrario, generando una mejor sensación de bienestar.
  4. Ahorro energético, estimado en un 30% del consumo. Combinado con fuentes de energía renovable como la aerotermia, la geotermia, energía solar o biomasa, el ahorro puede llegar a ser del 70 o el 80%.
  5. Una gran alternativa para las personas con alergias, ya que al no requerir de conductos u otro sistemas de altas temperaturas, tanto el polvo como los alérgenos no se propagarán. No acumula suciedad y conserva mejor las condiciones de humedad.
  6. Ecológico, gracias a la reducción del consumo, junto con mínimas emisiones.
  7. Es un buen sistema de aislamiento adicional, tanto térmico como acústico.
  8. Sistema silencioso
  9. Mínima fuga de calor a la hora de ventilar la casa
  10. Puede ser utilizado para refrescar, haciendo circular agua fría por los conductos y conseguir una ligera bajada de temperatura agradable sin los inconvenientes del aire acondicionado.

¿Cuáles son las desventajas del suelo radiante?

  1. Para la instalación es necesario hacer una gran reforma o que el solado sea enteramente nuevo dado que debe instalarse bajo el suelo.
  2. Limita la elección de materiales para el suelo, que deben ser específicos para este tipo de instalaciones. Por ejemplo, no es adecuada la madera si bien se deberá optar por opciones vinílicas, cerámicas o porcelánicas ya que son buenos conductores y pueden soportar las dilataciones.
  3. A priori la instalación conlleva una inversión que puede oscilar entre 45-60€ el metro cuadrado.
  4. Puede no ser adecuada para lugares con cambios bruscos de temperatura, ya que su inercia térmica es muy amplia, esto es: tarda en calentar y en enfriar, no es de efecto inmediato.

Tipología de suelos radiantes

  1. Suelo radiante eléctrico, funciona gracias al suministro de electricidad, requiriendo únicamente de una resistencia y una instalación mediante cableado o malla calefactora. Permite regular la temperatura con un termostato y la emisión de calor es más rápida porque necesita menor tiempo de encendido, si bien el consumo puede ser algo más costoso que el suelo radiante por agua. Otra de sus ventajas es que no precisa de mantenimiento.

 

  1. Suelo radiante hidrónico, basado en calentamiento y circulación de agua. Es un sistema polivalente en cuanto a que puede funcionar con cualquier tipo de caldera o bomba de calor. Requiere mantenimiento anual, como purgar los conductos y hacer una revisión de la instalación de gas de forma periódica. En este tipo de instalaciones se recomienda no apagar ni encender continuamente ya que es más eficiente mantener el ciclo térmico que someterlo a brusquedades, dado que además necesita tiempo para enfriar y para calentar de nuevo.

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